sábado, 24 de abril de 2010

SOBRE UN EFECTO EN UNA PELEA CUBANA CONTRA LOS DEMONIOS.

A propósito de UNA PELEA CUBANA CONTRA LOS DEMONIOS. (1972)

Trucaje y otra pelea contra el tiempo y la duda.

J. Pucheux.

Como hemos venido comentando ya sobre la ausencia de grandes efectos en el cine cubano, este filme de Titón, entre otras dignas excepciones, fue uno de los que nos permitió hacer un trabajo fuera de lo acostumbrado en esos años. Según la historia, la ciudad de Remedios fue incendiada durante un ataque de los bandidos y corsarios que merodeaban por esa zona producto del contrabando que los caracterizaban. Lo cierto fue, que Titón se nos acercó para, primero preguntarnos si nuestro equipo podría asumir la maqueta de Remedios (cuatrocientos y tantos años atrás), ya que en el Plan de Producción había un ataque de corsarios y como consecuencia de esto, un incendio general de la ciudad.

Lo segundo que preguntó, fue cuánto tiempo duraría la construcción y filmación de dicha maqueta.

Por supuesto hubo otras preguntas más, que yo diría que fueron tan importante o quizás más que las anteriores. De qué calidad estaríamos hablando?, preguntó al final, pues el filme necesitaría de escenas de mucha credibilidad.

Realmente nunca antes Trucaje había realizado un trabajo tan grande como este que se nos avecinaba. Claro que podemos hacer con calidad la secuencia, le planteó nuestra Dirección. Unos días después estábamos todos, (sin dejar de hacer los demás trabajos del Plan de Producción del Instituto), metidos de lleno en la gran maqueta de Remedios.

Hubo muchos viajes a la ciudad, dibujos de la época de la Colonia, trabajamos con los bocetos y dibujos de la parte de Dirección de Arte, en fin, los siguientes días, semanas y meses fueron jornadas realmente maratónicas. La escala de la maqueta fue (10 a 100,) es decir, lo que medía realmente 100 metros, en la maqueta debía medir 10 metros.

Recuerdo que la construcción se llevó a cabo en los terrenos de Cubanacán, unos casi 80 o 90 metros cuadrados. Cada casa, cada calle, cada muro, cada árbol, cada ventana, cada pared, fueron realizadas con verdadera

maestría por los maquetistas del Depto de escenografía de los Estudios de Cuabanacán, quienes no dejaron escapar nada que pudiera dejar ver el Truco. Durante todo ese tiempo, estuvimos filmando pruebas

de credibilidad conjuntamente con Mayito, filmando con alta velocidad para atenuar los movimientos bruscos que pudiera hacer la cámara en su gran Dolly por medio del incendio y así verificar el realismo que buscábamos.

La relación (maqueta-cámara-velocidad de filmación) Es como sigue: 10 a 1, con ángulo ancho en la óptica y la frecuencia de filmación: 72 cuadros x segundos.

Con esa frecuencia, todo peso orgánico y el fuego, sale normal, como si se hubiera filmado el efecto con una cámara ha 24 cuadros por seg.

Las escenografías también tenían que estar perfectamente realizadas y totalmente iguales a la maqueta y viceversa, pues a la hora de la edición se iban a estar montando alternadamente.

Trucaje estuvo varios meses en este trabajo, luchando contra viento y marea, sobre todo, contra el poco tiempo que se disponía y más aun, contra las dudas que se tenían en una gran parte del ICAIC sobre la calidad del trabajo final.

Solo Titón, Mayito, el produtor y nosotros sabíamos que todo iba a marchar bien y acoplar perfectamente con la parte de la filmación real. Fue un trabajo realizado bajo diferentes presiones, no obstante, nos permitió medirnos de nuevo en un efecto mucho más complejo.

Quizás este logro nos abriría las puertas hacia otros futuros trabajos, pensamos entonces, pues habrían nuevos filmes que necesitarían de este tipo de efectos.

Seguramente el ICAIC seguiría filmando historias de la Colonia, donde las reconstrucciones históricas iban a tener muchas demandas. Error ¡¡¡.

Salvo algunas películas posteriores en que se utilizaron efectos complejos, el resto del cine de ficción pasó por alto esta magnífica posibilidad creativa. Los estilos de moda?, los gustos de los directores?, la desconfianza y la duda en los resultados?, los productores?, los lineamientos de la época en el área de ficción?, nunca supimos, al tiempo pienso que fueron todas.

De “UNA PELEA…”, al final, solo nos quedamos con las ganas de no haber podido filmar un efecto más, que para nosotros supuestamente era de vital importancia; la secuencia del desembarco de los corsarios en la playa.

Hubiéramos querido realizar esta filmación con los barcos en el horizonte, así los corsarios, para el público, hubiesen llegado a la playa gracias a ellos, pues iba ser muy clara la referencia de los barcos a lo lejos.

La secuencia quedó solo con los corsarios ya en las arenas de la playa.

No digo que quedó mal lo que está en la edición de la secuencia terminada, solo digo, que ésta propuesta hubiese ayudado aun mucho más en el montaje.

Una vez hablamos con Nelson sobre esto, pero realmente, la secuencia funcionó bien y no le dimos más al asunto.

La manera de haberlo hecho? pintando en un cristal los barcos con absoluto realismo y colocándolo en un atril en frente de la cámara,

a 2 metros del lente de esta, incluso el B y N nos hubiera permitido un mayor realismo.

En Clandestino, el Estadio, fue más complejo por este motivo. Fue en color.

Esta película hubiera sido la primera en usar este efecto, Lástima, no?

Pero al final, la satisfacción de Titón por este trabajo, bien valió la pena ¡¡¡.


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